7 de septiembre de 2011

ACCIDENTE

ACCIDENTE EN EL ARCHIPIELAGO JUAN  FERNANDEZ

Murieron personas muy conocidas para la mayoría de los chilenos, pero también iban en el avión personas anónimas y más desconocidas. Todos con padres o  hermanos, cónyuges o hijos.  Cada uno iba cumpliendo un deber del ámbito que le tocaba: labor social, difusión, piloto y miembros de la Fuerza Aérea Chilena, muy jóvenes para morir tan pronto.
Estos hechos nos debieran hacer reflexionar de lo democrática que es la muerte, puede llegar de improviso o a plazo, a viejos o jóvenes, a buenos y malos, en todo caso,  lo único seguro es que vamos a morir. Sin embargo, vivimos como si fuéramos eternos consintiendo el llenarnos de banalidades, odios, de ser poco solidarios e intransigentes, queriendo imponer ideas atentando a la capacidad de elegir si es posible, en cualquier cosa del área personal de otros.
Que distinto sería entender que en el ataud no importa la ropa que se lleva, la calidad del cajon, las creencias religiosas. Cuando se está muerto nada tiene valor.

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